viernes, 15 de febrero de 2008

declaración de compañia (a ti, soledad)


Asi como se titula...te acepto, no te deseo, pero te acepto.
Cuando mi padre murió, tú estabas; cuando necesité apoyo, tú estabas; cuando me destrozaron el corazón, tú estabas; cuando entré en desesperación, tú estabas; cuando necesité alegría, tú estabas; en mi infancia, en el liceo, en la universidad, en todos lados y en todas las situaciones.
Injusto sería no reconocer en quienes me has dado tregua: Angelo, Jaime, Fernando, kathy, Javiera, Iván, Camilo, Marcia, Mati, Carolina y por su puesto tú Caro. (perdón si dejé a algun@ olvidad@)
Pero sólo eso son, una tregua y como tal, finaliza y finaliza erráticamente...en buenos y en malos momentos. A veces te necesito y a veces no...te necesito todos los días, pero no te necesito todo el día...
Por qué no hacemos lo siguiente: dosis adecuadas...una dosis razonable todos los dias, en vez de sobredosis interminables.
Sé que no oyes, ni menos me harás caso, pero no importa...aún sigues siendo mi fiel compañera.
Soledad mi fiel compañera.